Al filo de las 10 de la mañana, momentos antes de abordar el autobús que llevaría a los representantes de la prensa del estacionamiento de la Sedena al sitio del congreso, un oficial de la Dirección de Comunicación Social se acercó al informador y le dijo que no podía subir a la unidad porque ‘‘no había sido invitado’’ por la dirección a cargo del general brigadier Marco Antonio Álvarez Reyes.
Ante el señalamiento directo de que la orden provenía del superior del oficial, y la imposibilidad de ingresar por sus propios medios a la ceremonia, encabezada por el general secretario Salvador Cienfuegos, el reportero se tuvo que retirar.
Desde los primeros días de este año, sin explicación de por medio, la Dirección General de Comunicación Social de la Sedena dejó de enviar comunicados e invitaciones para actos públicos a La Jornada y al reportero que cubre esa fuente.
Ante esto, La Jornada presentó una queja ante la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), la cual fue radicada en la quinta visitaduría del organismo pues, entre otros temas, es la responsable directa del Programa de Agravios a Periodistas y Defensores Civiles de Derechos Humanos.
De esta forma, la comisión deberá iniciar el expediente que corresponda y el visitador dará seguimiento hasta su conclusión.
Las quejas presentadas ante la CNDH no afectan el ejercicio de otros derechos y medios de defensa que puedan corresponder a los afectados conforme a lo dispuesto por las leyes.
http://www.jornada.unam.mx/2017/05/25/politica/004n2pol
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